Page 8 - Viaje de fin de curso (Maturalac) - Branka Primorac
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– No tengo sus teléfonos –Hrvoje no me deja colgar.
– ¡Espera! Los tengo apuntados en algún lugar. Tomo la guía tele-
fónica y empiezo a ojear. Sabía que él sólo no lo haría. Casualmente me
topo con otro apellido conocido de ambos.
– Aquí tienes el número de Mirta. Llámala. Quizás ella pueda ayu-
darte –le dicté el número y colgué enseguida.
Seguro que Mirta encontrará alguna solución. Ella siempre ha sido
persona práctica. Últimamente está un poco confusa, lo cual no es nada
raro tratándose de un amor no correspondido. Y parece que casi todos
nuestros amores eran así. Mirta estaba enamoradísima de Davor, Davor
de Ana, y Ana de nuestro profesor Zvonko Trabić, llamado El Poste.
Lo que no es ningún secreto para nadie. Lo que no sabía mucha gente
era que Ana me gustaba a mí; esos sentimientos los guardaba en mi
alma, los alimentaba como si fuera un asunto accidental. A pesar de mi
precaución, Hrvoje presentía algo.
¿Y cómo no me iba a gustar si ella le gustaba a todo el género mas-
culino? Desde que recuerdo, Ana y su mejor amiga Maya, junto con
Smuki, siempre fueron el centro de los acontecimientos. Siempre se
hicieron notar más que las otras muchachas y siempre tenían algo en
mente. Todo lo que ellas pensaban o empezaban, enseguida se aceptaba.
El argumento Ana dijo era válido en cualquier ocasión. Las salidas sin
ellas pronto caían en crisis. Su popularidad era en verdad enigmática. Si
lo pienso bien, ellas tampoco eran unas perlas. Solían burlarse de todos
y, aunque se trataba de ellas, lo soportábamos con dificultad. Solo Davor,
locamente enamorado de Ana, lo lograba. ¡La de cosas que sufrió ése de
ella y también de nosotros! Y nada. ¡Era como un tronco! Pero, ¿por qué
estoy tan emocionado con este viaje? A lo mejor espero algo, ¿un cambio
de perspectivas a favor mío?
¡Zvrrrr! ¡Zvrrr!
Esta vez mamá tomó el teléfono, pero en vano.
– ¡Mario, es para ti! Pienso que es Hrvoje.
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